Tesis de doctorado en Ciencias Sociales UNGS-IDES

Procesos de estigmatización, discriminación y fronteras: interacciones en la frontera argentino-boliviana. El caso de Villazón, La Quiaca, San Salvador de Jujuy y San Pedro de Jujuy

Tesista: Marcelo Sadir

Director: César Arrueta

Jurado de defensa: Esteban Zunino, Laura Mombello y Federico Fernández

Fecha de defensa: 29 de marzo de 2021

El objetivo principal de la tesis fue analizar los procesos de estigmatización y discriminación alrededor de las interacciones en la frontera argentino-boliviana, específicamente la sección que comprende el departamento de Potosí (Bolivia) y la provincia de Jujuy (Argentina). Dentro de esta frontera se analizaron tres contextos específicos: por un lado, la frontera política en concreto, tomando el caso de las ciudades de Villazón (Potosí) y La Quiaca (Jujuy); por otro lado, un espacio más alejado de la frontera política, pero con intensas interacciones con las poblaciones del otro lado de la frontera, el cual se denominó “espacio fronterizo”. En este espacio se consideraron dos contextos: el primero, la ciudad de San Salvador de Jujuy (capital de la provincia de Jujuy); el segundo, los lotes del ingenio La Esperanza (departamento de San Pedro de Jujuy).

Se partió de la idea de que las poblaciones indígenas en América Latina se encuentran inmersas en situaciones de marginalización y explotación de diversa índole: el trabajo en los ingenios azucareros de Centroamérica, en las minas de los Andes Centrales, en la extracción de caucho en el Amazonas, en las fincas frutihortícolas que circundan las grandes ciudades de Latinoamérica, en las fábricas clandestinas de producción de indumentaria “trucha”, entre otras. En esta investigación se apreció cómo, a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI, las poblaciones indígenas del altiplano han sido utilizadas como mano de obra barata por grandes empresas, como el caso de los ingenios azucareros, las fincas tabacaleras, las fincas frutihortícolas o los grandes comerciantes que exportan productos alimenticios entre la frontera de ambos Estados. Un momento clave son las consecuencias que se produjeron con las políticas de liberalización desarrolladas desde mediados de los años ochenta y principios de los noventa en los países latinoamericanos. Estas políticas produjeron cambios que afectaron las condiciones de vida de los pueblos, especialmente los indígenas y de menores recursos. Algunas consecuencias fueron los despidos masivos de las empresas mineras del altiplano y las consecuentes migraciones hacia la frontera argentino-boliviana para emplearse como paseros, en la zafra, en el tabaco, en las fincas frutihortícolas o en empresas mineras. Este fenómeno produjo una intensificación de las políticas y los discursos discriminatorios en contra de los extranjeros.

El análisis, al tratar los procesos migratorios, asocia diferentes aspectos de la migración, como las migraciones internacionales y las migraciones internas. El estudio sobre el proceso migratorio en esta frontera no puede disociar ambos tipos de migración. Además, a estas migraciones se incorpora el hecho de considerarlas, en su mayoría, migraciones indígenas (quechuas y aymaras) y, dentro de ellas, fundamentalmente, provenientes de contextos rurales del altiplano o la puna.

El objetivo de tomar estos tres contextos fue determinar cómo las interacciones, en torno a los procesos de discriminación, se relacionaban con otros como la nacionalidad, lo étnico, los posicionamientos de clase y la pobreza en cada uno de estos ámbitos. Esto permitió entender cómo las poblaciones migrantes, a lo largo del siglo XX, se ubicaron en posiciones marginales y laborales de extrema precariedad, sumando a ello las numerosas situaciones de discriminación a las que fueron sometidas. Este escenario difiere a partir de la antigüedad de residencia en alguno de los contextos analizados, lo que conforma migrantes de antigua data que pudieron generar cierto capital económico, regularizar su documentación u obtener una vivienda propia, entre otros; y, a la inversa, migrantes de residencia más recientes que no pudieron aún lograr una cohesión más sólida, con problemas de documentación y residencia, con trabajos precarios, etcétera. En La Quiaca y Villazón, muchos de los migrantes se desempeñaron en actividades precarias y de explotación como paseros; en San Salvador de Jujuy, la diversificación de los migrantes llevó a estos a desarrollar actividades como cuentapropistas, empleados estatales, profesionales, etcétera, mientras que en los lotes del ingenio La Esperanza se pudo apreciar que, a lo largo del último siglo, se produjo una situación de vulnerabilidad crónica que se transmitió de generación en generación, no solamente entre migrantes, sino también entre su descendencia nacida en la Argentina, una situación de pobreza multidimensional, intergeneracional, de estigmatización y discriminación.