Presentación N° 31

Convergencias

Daniel Maidana

Editor

Publicamos este Número 31 de Otra Economía en un contexto de preocupante debilitamiento de los intentos de articulación promovidos desde principios de siglo en Latinoamérica y el Caribe, mediante instituciones como la UNASUR, CELAC, ALBA y otras iniciativas semejantes, agravado por los retrocesos en materia de derechos, la fragilidad institucional e inestabilidad de las democracias en varios de nuestros países.

Se trata de una dispersión que puede advertirse en el plano de los gobiernos, pero también en la fragmentación política de nuestros pueblos reflejada en la balcanización de sus representaciones parlamentarias, lo que ha debilitado su capacidad de incidencia, la defensa de los intereses de amplios sectores sociales, así como la promoción y ampliación de derechos con un horizonte progresivamente igualitario.

A pesar del esfuerzo de movimientos sociales y políticos, y el acompañamiento estatal en algunos países mediante políticas públicas que continúan sosteniendo las iniciativas solidarias, este contexto ha afectado las dinámicas de transición hacia Otra Economía y configura un escenario defensivo para la Economía Social y Solidaria.

Es en este marco que proponemos la lectura de los siguientes textos escritos desde Brasil, Uruguay, Perú y Argentina, comenzando en la Sección Contribuciones teóricas con dos reflexiones sobre la incidencia de los distintos modos de entender el trabajo en el alcance, los riesgos y potencialidades de los diversos caminos hacia Otra Economía.

En el primero de estos dos artículos Gustavo Moura de Oliveira nos comparte: “Economia popular: para além do trabalho informal. Reflexões desde a economia solidária e a autogestão”, donde advierte sobre los riesgos que se presentan tanto para la denominada “economía popular” como para la “economía solidaria”: “Dentro do campo do … economia popular, pode haver um trabalho … que se aproxima muito das lógicas neoliberais e utilitaristas de gestão das necessidades materiais e do trabalho” y para “avançar da economia popular para a solidária –, a chave seria … um salto politizador da economia popular para a solidária, a fim de evitar cair na armadilha de que a saída da economia informal é a formal-capitalista”. Pero también señala “o papel funcional (ou até mesmo estruturante) que as experiências de economia solidária assumem, mesmo que de forma indireta, em suas relações com o sistema capitalista mundial”, ya que “manter o exército de reserva ou o polo marginal da economia ocupados com uma forma de economia que não é capitalista, mas que não a contesta e não busca a sua superação, é o que tornaria a economia solidária funcional e/ou estruturante para o sistema capitalista”. A partir de esta doble crítica, reflexiona sobre “a autogestão como horizonte e prática para uma economia popular-solidaria anticapitalista” señalando que el “desafio interno é a politização e radicalização da autogestão, enquanto externamente implica sua articulação com o projeto da sociedade do Buen Vivir; ou da sociedade autogestionária”.

A continuación, Pablo Guerra, en su artículo: “Trabajo, maternidades y cuidados. Un abordaje teórico sobre roles laborales desde el paradigma de las economías plurales” profundiza acerca de las múltiples expresiones que asume el trabajo en nuestras sociedades, reflexionando acerca de “categorías de análisis cuya delimitación aún no recibe unanimidades en el campo académico…: trabajo reproductivo, trabajo no remunerado, trabajo doméstico y trabajo de cuidados”. Destaca el aporte del feminismo en la construcción de “una mirada crítica sobre el concepto hegemónico del trabajo, entendido como sinónimo del mero empleo, dejando por fuera todo el abanico de aquel trabajo que no lograba manifestarse en el plano estrictamente mercantil y en las cuentas oficiales del sistema de cuentas nacionales”, y aportando “nuevas categorías de análisis para el debate… en contextos de complejidad”. En su elaboración, propone asociar la pluralidad de expresiones económicas según ámbito de trabajo y ámbito de circulación de los bienes y servicios (Hogar, Mercado, Sociedad), y su vinculación con nueve Tipos de economía (doméstica, Popular, altruista/ comunitaria, Mercantil, doméstica colonizada, pública de Bienestar, del Tercer Sector orientada a los hogares, del Tercer Sector/comunitaria, del Tercer Sector orientada al mercado).

Comenzamos la Sección 3 “Experiencias y Sujetos”, con dos artículos que abordan experiencias inscriptas en las culturas de pueblos originarios, explorando sus rasgos identitarios, sus posibilidades de desarrollo y sus márgenes de autonomía:

Luciana García Guerreiro presenta su artículo: “Fortalecer economías para la vida desde la territorialidad indígena comunitaria. La experiencia de comunidades diaguitas del departamento Santa María, Catamarca (Argentina), en los albores del siglo XXI”. A partir del estudio de “comunidades diaguitas situadas en el departamento de Santa María (Catamarca, Argentina) … donde la minería transnacional comenzó a operar desde mediados de la década del noventa … con el primer y más grande yacimiento metalífero a cielo abierto desarrollado en la Argentina (e incluso uno de los más importantes de América Latina)”, la autora destaca los “procesos de afirmación identitaria indígena… (que) permitieron reafirmar comprensiones sobre la propiedad que no responden de la noción de privatización, apropiación individual y mercantilización de los bienes naturales propias de la modernidad capitalista”. Teniendo en cuenta la “matriz comunitaria indígena (que) pone el eje en la reproducción de la vida, en la propiedad colectiva, en el valor de lo comunitario y de la solidaridad”, los procesos de reorganización comunitaria indígena son definidos como “la construcción de subjetividades políticas comunitarias a partir del ejercicio de hecho de la libre determinación, por la vía de la reafirmación de sus propias estructuras territoriales, lo cual incluye aspectos simbólico-culturales; de propiedad y uso de recursos y tierras; dimensiones de jurisdicción, control, autonomía y autogobierno… la revalorización de ciertas prácticas y saberes tradicionales, que implican, en la mayoría de los casos, revertir imaginarios estigmatizantes y coloniales, y defender un modo de vida arraigada en la comunalidad y la pertenencia al territorio”.

A continuación, Luis Wilfredo Montoya Canchis escribe desde Perú: “Llapanchikmi mikunchik: Una aproximación a los sistemas alimentarios desde la agroecología y la economía social y solidaria en el Cusco”, donde revisa la literatura sobre los sistemas alimentarios existentes en esa región, proponiendo un esquema de análisis desde “cuatro tipos principales de modelos: cadenas alimentarias, ciclos alimentarios, redes alimentarias y contextos alimentarios. El autor afirma que las posibilidades de “transformación de los sistemas alimentarios hegemónicos encuentra en la consolidación de los sistemas de abastecimiento local una pieza fundamental”. Aun reconociendo el “papel subordinado y parcial en los sistemas locales de alimentación de las comunidades”, señala que “la organización social para la producción y distribución de alimentos (incluye) las relaciones de reciprocidad como una variable determinante, … no todas las vinculaciones establecidas están determinadas por una racionalidad propia del mercado capitalista (y) tampoco el Estado ejerce un control completo sobre la producción y distribución de alimentos, porque la autoridad comunal juega un rol mucho más determinante”. Desde el concepto de “democracia alimentaria” propone “sustentar principios e instrumentos democráticos en el campo de la alimentación (en oposición) al creciente control ejercido por los oligopolios alimentarios en las políticas de alimentación y salud”.

En la misma Sección, como parte de un estudio que comprende investigaciones en Argentina y Brasil, Claudia Ferreira Fernandes, Cezar Augusto Miranda Guedes, Gustavo Ramón Cimadevilla exponen algunos “Desafíos de las indicaciones geográficas agroalimentarias en Argentina”. Lxs autorxs destacan el aporte que presentan las IG para productos agroalimentarios, que “al resaltar la singularidad relacionada con factores naturales y humanos específicos del territorio, ofrecen un segmento de mercado prometedor para la Agricultura Familiar”, al ser convergentes con la preservación del patrimonio cultural y culinario asociado a determinadas regiones, valorizar conocimientos locales y preservar sistemas de producción tradicionales. En ese escenario, subrayan la influencia de la capacidad institucional y la coordinación como factores de éxito y recomiendan acciones como “campañas informativas, participación de los medios de comunicación y colaboración académica, destacando la necesidad de colaboración entre instituciones y productores para superar desafíos y explorar oportunidades de manera efectiva”. Para profundizar en la lectura de las percepciones y las sensibilidades de los protagonistas involucrados en este proceso aplican un software específico de análisis de textos de las entrevistas.

Completamos la Sección 3, con el artículo de Victoria Díaz Reyes: “Cooperación, propuestas pedagógicas y formación política en cooperativas de trabajo que gestionan centros o proyectos educativos en Uruguay”. La autora analiza las prácticas de las denominadas cooperativas de educación (CE), “que si bien no cuentan con un reconocimiento jurídico específico, asumen (esta) denominación adoptada en el ámbito del cooperativismo” en ese país. Examina las propuestas pedagógicas “en conjunción con la formación política de las personas asociadas y su constitución como sujetos políticos”, asumiendo la dificultad de “entender a la educación como acto político, para poner en cuestión el procedimiento de reproducción existente dentro de lo educativo”, pero destacando su “potencialidad así como trascendencia política, dado que son capaces de efectuar una regeneración democrática del espacio público y del ejercicio de la ciudadanía… (elaborando) otros sentidos desde una posición docente contrahegemónica orientada a la conformación de un sujeto colectivo/cooperativo que posibilite gestionar y reelaborar lo educativo desde otro lugar, bajo otra forma, a partir de lo común”.

Finalmente, en la Sección 5 cerramos este número con la reseña de Cristian Gaude sobre el libro de Germán Pinazo: “Ernesto Guevara. El pragmatismo de lo imposible”, que –aún sin referirse explícitamente a la Economía Social y Solidaria– aporta elementos para una controversia muy vigente en este campo: ¿la cooperación y la solidaridad son apenas un recurso “táctico” para sobrevivir en el capitalismo? O deben entenderse como el núcleo ideológico de una “lucha por las conciencias en nuestra práctica política e intelectual… para recorrer el sendero de un proyecto civilizatorio alternativo al capitalista”? En esa misma línea de reflexión nos recuerda que “no hay posibilidad de transformación de la sociedad sin conciencia de ese objetivo” y subraya el profundo realismo presente en las advertencias acerca de la precariedad de eventuales éxitos económicos basados en las lógicas individualistas de la competencia y la subordinación a las “leyes” del mercado.

Con todos estos textos continuamos aportando al debate, las búsquedas y la deconstrucción de sentidos comunes sobre lo económico con actitud de diálogo -dentro y fuera del campo académico-, disposición de complementariedad y vocación de convergencia.

Nota sobre el contexto de publicación de este Número:

La Argentina atraviesa una etapa de violenta transferencia de ingresos desde la mayoría de los argentinos hacia los sectores más concentrados de la economía, pérdida de derechos, destrucción de capacidades estatales y recortes en la soberanía nacional. Esto afecta inevitablemente al campo de la ESS e implica severas restricciones financieras que recortan la autonomía y el funcionamiento de las universidades públicas.

En este contexto, la publicación de este Número 31 de Otra Economía configura un gesto de resistencia y reafirmación del compromiso con la “reflexión teórica y la sistematización rigurosa de las experiencias que se están dando en nuestra región, buscando fortalecer las iniciativas colectivas por otra economía, otra sociedad y otra política en América Latina”, como decíamos en la presentación del primer número de nuestra Revista. Pero afortunadamente no es el único. Desde la ROE también queremos destacar 3 eventos que no pretenden agotar la lista de expresiones de lucha y resistencia:

»La celebración de los 50 años de la Revista Idelcoop, medio de expresión de “corrientes de ideas y doctrinas que, identificadas con el deseo de ser útiles al progreso social y a la liberación económica, impulsan al movimiento cooperativo” y ampliándose luego hacia “publicación de artículos vinculados a la realidad nacional y latinoamericana y su incidencia con los problemas del campo popular”.

»La realización del 3er. Encuentro Nacional de la RUESS que luego de 10 años desde su creación ratificó la vigencia de las iniciativas de “articulación, convergencia, visibilización y escala de las prácticas de intervención, investigación, docencia, acciones con la comunidad y vinculación territorial de las universidades relacionadas con la Economía Social y Solidaria”, buscando responder como sistema universitario a las problemáticas del sector.

»La convocatoria al 19° Encuentro del Comité Académico PROCOAS que se realizará el 14 y 15 de noviembre en la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP). Se trata de uno de los espacios más importantes en la reflexión teórica sobre esta temática en América Latina, que se propone en esta oportunidad “interpelar al imaginario social desde la potencia transformadora de las prácticas culturales y comunicacionales con respecto a Otra Economía posible”, con el lema: “Fortaleciendo la cultura colectiva desde y para el desarrollo territorial”.

Éstas y otras decenas de manifestaciones –aún en un contexto de repliegue– confirman el rumbo hacia Otra Economía y la naturaleza contingente de esta etapa dolorosa para el pueblo argentino.