Malena Victoria Hopp, El trabajo: ¿medio de integración o recurso de la asistencia? Las políticas de promoción del trabajo asociativo y autogestionado en la Argentina. Buenos Aires: Teseo 2021
Denise Kasparian
Otra Economía, vol. 14, n. 26: 207-210, julio- diciembre 2021. ISSN 1851-4715
Reseña de libro
EL TRABAJO: ¿MEDIO DE INTEGRACIÓN O RECURSO DE LA ASISTENCIA? LAS POLÍTICAS DE PROMOCIÓN DEL TRABAJO ASOCIATIVO Y AUTOGESTIONADO EN LA ARGENTINA,
de Malena Victoria Hopp
Denise Kasparian *
_______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
La economía social es un campo de y en disputa. En tanto espacio social, dispone una serie de posiciones, relaciones y recursos de poder sobre la que se engarzan diversas contiendas. Además, en tanto prefiguración de “otra economía” anclada en formas de trabajo y producción no capitalistas, su misma definición y construcción han sido objeto de lucha, en particular en América Latina desde fines del siglo XX. “El trabajo: ¿medio de integración o recurso de la asistencia?” de Malena Hopp se ubica riguroso y ubicuo en este terreno a partir de una pregunta bien sugerente: ¿en qué medida las formas laborales asociativas y autogestionadas promovidas entre 2003 y 2011 por la política social de promoción de la economía social alcanzan el objetivo que se proponen de integrar a los sujetos que en ellas participan? La respuesta a este interrogante es desplegada a lo largo de cuatro capítulos con una gran destreza en el oficio de la investigación en ciencias sociales, mostrando las luces y sombras de estas políticas, así como sus limitaciones y potencialidades para promover la integración y aportar a la construcción de “otra economía”.
Tal como nos recuerda Hopp, la instalación hegemónica de la disciplina del trabajo asalariado acorde al modo de producción capitalista fue un proceso de largo aliento que además de la dimensión económica y productiva implicó un trabajo cultural, educativo y moral. En este camino, una multiplicidad de formas de vida, trabajo y producción fueron subalternizadas y otras sencillamente no pudieron ser. El trabajo de Hopp se ubica en una perspectiva emancipatoria que nos ayuda a “tornar creíbles” (Hopp, 2021: 129) estas experiencias, al alejarlas de romanticismos y estigmatizaciones con la convicción de que el pensamiento crítico tiene mucho que aportar a la construcción de otras economías, largamente invisibilizadas y acalladas. En suma, este libro resulta fundamental para quienes nos sentimos convocades a pensar y soñar sociedades más justas e igualitarias.
La crisis general del 2001 y los cambios económicos, políticos, sociales y culturales que desencadenó inspiraron un sinnúmero de investigaciones y publicaciones. Este libro coloca el foco en una de esas “bisagras”: la reestructuración de las políticas sociales y de empleo a partir del 2003. Ahora bien, no se trata de un análisis circunscripto a la letra de la normativa, ni un estudio de evaluación de políticas públicas. Por el contrario, la indagación de estas políticas es el puente que construye Hopp para llegar a la cuestión de la integración social en la Argentina post 2001, problematizada en el discurso público en términos de “exclusión-inclusión”. El libro analiza el modo en que las unidades laborales promovidas por las políticas de promoción del trabajo asociativo y autogestionado posibilitan que los sujetos y grupos destinatarios sean albergados en la sociedad como miembros plenos del bienestar a través del trabajo y las protecciones sociales.
Para analizar las formas de integración social, la autora elabora cuatro dimensiones. La económica alude al régimen de producción y de empleo predominante en el país. Esta dimensión implica observar la participación de las políticas analizadas en la economía nacional para evaluar en qué medida las unidades laborales de la economía social pueden constituir una alternativa viable de trabajo. Además, requiere escrutar la capacidad de las unidades productivas para generar recursos orientados a la reproducción de la vida y la expansión de las experiencias. La dimensión política refiere a la construcción de ciudadanía y las disputas asociadas. Apunta a la institucionalidad de las formas laborales asociativas y autogestionadas, lo cual incluye considerar los modos de participación sociopolítica en estas experiencias laborales. La dimensión cultural engloba los contenidos simbólicos y de sentido que se atribuyen a o producen en estas unidades laborales. Mientras que en el primer sentido, el foco se coloca en la atribución por parte de las políticas sociales, en el segundo se indaga la producción de identidades colectivas por parte de los sujetos. Por último, la dimensión social permite asir la trama de lazos sociales y relaciones de sociabilidad entre grupos sociales, desde el parentesco hasta los vínculos entre pares en el barrio, el trabajo, la militancia, con el Estado y el mercado.
Estas dimensiones de la integración son indagadas en tres niveles interconectados de análisis: el de la política social, el de las unidades productivas y el de las prácticas sociales. En el nivel de la política social el libro dilucida el peso de los programas de promoción del trabajo asociativo y autogestionado en la estrategia socioeconómica de la post-convertibilidad. En la segunda escala se analizan las características socioeconómicas y productivas de las unidades económicas –especialmente, las cooperativas–, así como el modo en que se vinculan con el Estado, el mercado y otras experiencias de la economía social. Por último, la lente en las prácticas sociales habilita la exploración de los sentidos que les trabajadores atribuyen a la política social y el trabajo, y las formas de participación sociopolítica en estas experiencias de trabajo asociativo.
Este diseño multinivel de la investigación es posible gracias a un acertado enfoque metodológico. La autora despliega un abordaje socio-antropológico que demuestra la potencia analítica de las situaciones de “encuentro” entre las intervenciones estatales y las prácticas cotidianas, pues “ponen en acto el tipo de integración social que resulta de estas políticas” (Hopp, 2021: 33). El proceso de implementación así abordado visibiliza la complejidad de las políticas públicas entendidas tanto en sus aspectos institucionales como en las formas que toman en la cotidianeidad de las experiencias histórico-concretas. En otras palabras, el libro se sitúa en un fructífero enfoque relacional que se vale de datos cualitativos y cuantitativos, del análisis documental de una enorme variedad de fuentes, y del trabajo de campo prolongado –con entrevistas y observaciones in situ– en un número reducido pero potentísimo de casos para analizar los distintos momentos de la política social en lo referido a las formas de integración que construye. El trabajo de campo prolongado se realizó principalmente en cuatro experiencias en dos períodos. Entre 2009 y 2011 en la ciudad de Buenos Aires Hopp trabajó en dos unidades productivas vinculadas al Plan Manos a la Obra del Ministerio de Desarrollo Social y al Programa Trabajo Autogestionado del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social: la Cooperativa La Huella y el microemprendimiento familiar Textil Aladín. Entre 2011 y 2012 se enfocó en la Mutual Floreciendo (José C. Paz) y la Cooperativa Unión de Avellaneda, ambas vinculadas al Programa Argentina Trabaja.
En el primer capítulo Hopp presenta su enfoque teórico y logra exitosamente delinear un área de incumbencia. En la intersección entre las políticas sociales y la cuestión social, y la economía social y el trabajo, el libro produce un recorte temático que lo coloca como referencia de cabecera en el campo. En el segundo capítulo la autora realiza una contextualización socio-histórica de la promoción del trabajo asociativo y autogestionado. Una de las observaciones más sugerentes del capítulo reside en la afirmación de que las acciones estatales supusieron un nuevo sujeto social y económico que, paradójicamente, no lograron reconocer plenamente. Algunos años después de la finalización del trabajo de campo que nutre este libro veríamos el despliegue de esta paradoja en el campo de la lucha social, de la mano de la economía popular. Al identificar dos momentos de la política socio-laboral, Hopp puede sostener que partir de 2009, con el lanzamiento del Programa Argentina Trabaja, se consolidó la promoción de la economía social como eje central de la estrategia social del Estado. En otras palabras, el fomento de la economía social quedó limitado a la integración de grupos en situación de vulnerabilidad, desempleo y pobreza. Esto generó tensiones, contradicciones y dificultades respecto a la dependencia y sostenibilidad de las unidades productivas en el largo plazo, las limitaciones de financiamiento y en los esquemas de seguridad social, y los obstáculos para la comercialización de la producción.
En el tercer capítulo el libro se sumerge de lleno en la implementación del Plan Manos a la Obra y el Programa de Trabajo Autogestionado. Este análisis le ha valido a Hopp el carácter de referencia indiscutible en cuanto a las limitaciones y potencialidades de los programas de promoción de la economía social en la Argentina. Las limitaciones se siguen del rol secundario y el carácter híbrido de las políticas de promoción del trabajo asociativo y autogestionado. Las potencialidades, de la participación socio-política y organizativa de les destinataries y de la articulación en los espacios locales entre destinataries y recursos provenientes de los programas. En conjunto, los capítulos dos y tres se centran en las dimensiones económicas y políticas de la integración. Respecto a la dimensión económica, la conclusión de la indagación es que la economía social se instala como una “economía de la pobreza” y las unidades laborales enfrentan múltiples problemáticas para su sostenibilidad. En cuanto a la dimensión política, se evidencia la débil y por momentos inadecuada institucionalidad de la economía social.
El cuarto capítulo aborda las dimensiones sociales y culturales de la integración, al escudriñar las modalidades asociativas que se generan en el marco de las políticas, así como la construcción de identidades colectivas en estos espacios. El aporte central de este capítulo son las diversas formas de vivir la autogestión que la autora identifica, lo que la lleva a delinear tres identidades laborales cooperativas. Una primera forma de experimentar la autogestión como militancia cooperativa, una segunda orientada por las necesidades aunque aun así consolidada, y una tercera de carácter instrumental en la cual la asociatividad es forzada, pues constituye una condición para acceder a las políticas públicas. La autora elabora cinco factores que impactan en la configuración de sentidos e identidades: las trayectorias ocupacionales, las experiencias de participación socio-política, las relaciones con la política social, el desempeño económico de las unidades productivas y las condiciones laborales y de protección social, y la situación familiar y el lugar en la organización de la economía doméstica. Una conclusión sugerente –y en línea con la literatura que también ha abordado las unidades productivas de trabajo asociativo y autogestionado promovidas por la política pública– es que la experiencia organizativa y los lazos que unen a los grupos son fundamentales para garantizar el funcionamiento cotidiano de las unidades productivas.
Malena Hopp es trabajadora social, Magister en Políticas Sociales y Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires. Es investigadora del CONICET con sede de trabajo en el Instituto de Investigaciones Gino Germani y docente de la carrera de Trabajo Social (UBA). Además, integra el Departamento de Economía Social, Cooperativismo y Autogestión del Centro Cultural de la Cooperación. Este libro de reciente publicación es fruto de su tesis doctoral, defendida con la máxima calificación en el 2013. Sin embargo, la relevancia de la temática se actualiza permanentemente. Una de las ideas centrales del libro es que los límites para la integración social que posibilitan las políticas de promoción de la economía social y del trabajo asociativo y autogestionado entre 2003 y 2011 se centran en que su enfoque no supera el sentido tradicional de la política social como asistencia a la pobreza y al desempleo. ¿Qué preguntas y pistas nos aporta para pensar el momento actual? ¿Qué lugar ocupan hoy en día en nuestra sociedad la economía social y las múltiples experiencias populares que cobija?
Enviado: 01/09/2021
Aceptado: 17/09/2021
Cómo citar este artículo:
Kasparian, D. (2021). El trabajo: ¿medio de integración o recurso de la asistencia? Las políticas de promoción del trabajo asociativo y autogestionado en la Argentina. Buenos Aires: Teseo, 2021. Otra Economía, 14(26), 207-210.
* Instituto de Investigaciones Gino Germani, Universidad de Buenos Aires, CONICET, Argentina.
Este es un artículo de acceso abierto, bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional, siendo permitida su reproducción y adaptación dando crédito a su/s autor/es de manera adecuada, sin propósitos comerciales, y dando la misma licencia que la original en caso de distribución.