Reseña

Reseña

Luisina Bolla y Eliana Debia (2023). Flora Tristán. Reivindicaciones de una paria. Ediciones UNGS.

Marina García1

Flora Tristán Reivindicaciones de una paria, de Luisina Bolla y Eliana Debia, forma parte de la Colección Pensadores y Pensadoras de América Latina editado por la Universidad Nacional de General Sarmiento.

Este libro se inscribe en un campo reciente de investigaciones que en las últimas décadas discute los sesgos androcéntricos y eurocéntricos de la teoría social, le dan visibilidad al pensamiento de las mujeres del siglo XIX y enfrentan así la violencia epistémica (Maffía D,2007) que les ha negado agencia en la producción de conocimiento. En ese campo reciente y en América Latina en particular, Luz Arango nos decía hace más de dos décadas que, por ejemplo, en el campo de la sociología, las mujeres que produjeron saberes y contribuyeron al conocimiento social no lo hicieron de modo escindido de la crítica social y propositiva en torno al combate de las injusticias sociales. Precisamente, para Arango, la exclusión de las mujeres del canon clásico de la teoría social representa el desenlace de la controversia en torno a una teoría “objetiva” y otra que, además, incluye el compromiso, la crítica social y el activismo social y político (Arango, 2005, 2011), atributos que también acompañan las trayectorias de las pensadoras del período.

En la introducción las autoras explicitan los propósitos de este libro: abordar la vida y el pensamiento de Flora Tristán (1803-1844) y recurren al análisis de textos que han seleccionado con suma dedicación entre la vasta obra de la autora. En particular se concentran en Peregrinaciones de una paria, Unión obrera y Los Paseos en Londres. Así, nos invitan a conocer el “pensar sentir” de Flora Tristán recorriendo registros literarios diversos, desde crónicas o diarios de viaje, un programa o manifiesto político hasta la crítica social. Además, buscan concentrarse en su peculiar mirada de la sociedad latinoamericana, más precisamente, del Perú de la primera mitad del siglo XIX”

El título de este esperado y seductor libro anticipa dos cuestiones fundamentales. En primer lugar, es Flora Tristán quien se define como una mujer paria en tanto experimenta una serie de exclusiones, sociales, familiares, políticas, de género y desde allí se sitúa para pensar las desigualdades sociales, intraclases, de género, de raza y los efectos que, en sus intersecciones, todas ellas provocan. En segundo lugar, el término reivindicaciones alude a una mujer que describe y denuncia ese sistema de múltiples opresiones, con sus especificidades, en América y en Europa al tiempo que reclama para las y los trabajadores el derecho a la instrucción y al trabajo.

Un aspecto que las autoras subrayan de la obra de Tristán es el carácter ambivalente que atraviesa su “pensar sentir”. Es francesa, pero reconoce ser “del país de su padre”, Perú. Nace en un hogar con privilegios sociales, pero luego del fallecimiento de éste los pierde, en tanto el matrimonio de sus padres no obtuvo reconocimiento legal y con ello su madre, su hermano y ella quedan a la deriva. La fragilidad y la fortaleza también son dos estados que la constituyen. A través de su obra advertimos las múltiples subordinaciones a las cuales las mujeres están sometidas, encarnadas en su propia experiencia. Desde allí reflexiona y denuncia los alcances de la justicia patriarcal que no le otorga el divorcio de un marido violento y abusivo. Su salud es extremadamente frágil debido a que recibe un disparo por la espalda del padre de sus hijos, quien se resiste a la separación. Pero Flora Tristán es al mismo tiempo una mujer fuerte porque desafía el entramado legal, cultural, patriarcal, capitalista y opresor en el que vive. Cuestiona las normas establecidas, fuerza las barreras que le cierran a las mujeres su participación en diversos ámbitos. Denuncia y enfrenta los privilegios de clase, de género, de raza.

En el apartado Flora Tristán en América Latina las autoras recuperan la multifacética experiencia de un viaje relatado por ella en Peregrinaciones de una paria. El 7 de abril del año 1833 y a la edad de treinta años Flora Tristán parte desde el puerto de Burdeos hacia Lima, Perú con las esperanzas puestas en lograr el reconocimiento de la herencia paterna que, como sabremos, le será denegada. La decisión y los preparativos del viaje suceden en un clima de secretos, complicidades y ayudas sin las cuales no habría podido emprender, en calidad de “fugitiva” su travesía. Flora lleva tiempo escapando de un esposo violento y abusador; la justicia no atiende sus reclamos; el divorcio está prohibido en Francia en tanto se ha restituido el Código Napoleónico; es madre de dos hijos, un varón que se ha quedado con el padre y una hija que deja al cuidado de una familia amiga. Se embarca en una nave a lo largo de 133 días y es la única mujer a bordo junto a una tripulación de 16 hombres. El barco hace su primera parada en la Isla de Praia, Cabo Verde, colonia portuguesa, una estadía corta y potente en la que se enfrenta a la realidad de la trata y explotación de trabajadores esclavos. El viaje continúa hasta atravesar el enfurecido mar en el Estrecho de Magallanes. Semanas más tarde desembarca y conoce Valparaíso, continúa hasta Arequipa y llega finalmente a su destino, Lima. Todas sus vivencias quedarán registradas en esta crónica de viaje que Flora titula Peregrinaciones de una paria y que publica en el año 1838, un registro de observaciones y reflexiones que le despiertan sus recorridos y estadías en las ciudades peruanas. Con su aguda mirada capta el carácter de las relaciones sociales en una sociedad que transita con tensiones el proceso independentista. Entre otros temas que Bolla y Debia abordan, destacan la sagaz caracterización que Flora Tristán construye sobre los lugares que las mujeres tienen en aquella sociedad, ejercicio que complejiza comparando con la situación de ellas en las sociedades europeas. Cuando visita conventos de diversas órdenes religiosas capta la crudeza de las jerarquías sociales fundadas en criterios raciales y sociales; advierte la centralidad de la participación de las mujeres indígenas en las guerras, en los campos de batallas y señala que a diferencia de los hombres, no reciben remuneración alguna; observa los atuendos que lucen las mujeres limeñas, en particular, la saya, vestido que incluye un manto que les cubre la cabeza y el rostro dejando un mínimo espacio para ver y moverse por las calles, a salvo de las miradas y el control social; ingresa al parlamento, y aunque las mujeres no ocupan lugares de representación política, disponen de un sector reservado para ellas como espectadoras de las deliberaciones, situación que contrasta, con lo que ocurre en la Cámara de los Comunes, en Inglaterra, donde las mujeres tienen vedado el ingreso.

Flora Tristán en la ciudad monstruo es el apartado que continúa en este flamante libro y en el cual las autoras se concentran en una segunda crónica de viajes que realiza a Inglaterra entre los años 1826-1839 y publica en el año 1840 con el título Paseos en Londres. Para Tristán, Londres representa el epicentro del poder económico del imperio británico y su aguda mirada pone al desnudo la tensión entre el sistema de trabajo esclavo y el sistema “libre” de explotación capitalista industrial en el cual las y los proletarios viven en condiciones de mayor opresión que en el pasado. Esta extensa obra compuesta por 19 capítulos constituye para las autoras una verdadera obra sociológica. Flora Tristán aborda temas y problemas muy diversos: la explotación laboral, la miseria y el hambre de los trabajadores; la división social del trabajo, la especialización y la repetición de tareas en las fábricas que le “aniquilan la inteligencia” a los trabajadores; la explotación sexual en clave feminista al denunciar la doble moral que exime a los varones y enjuicia a las mujeres, las condiciones de vida de los habitantes pobres de los suburbios. Flora Tristán emprende el estudio de estas realidades en primera persona, recorre instituciones, fábricas, cabarets, barrios, calles emblemáticas de Londres; conversa con las personas, lleva un registro que luego ordena y jerarquiza. Flora se aproxima al “campo” con herramientas metodológicas que hoy reconocemos como propias del enfoque cualitativo de la investigación social. Al mismo tiempo, su trabajo se constituye en un estudio pionero y un antecedente extraordinario de análisis sistemáticos posteriores dedicados a la situación de la clase obrera en Inglaterra, entre ellos el de Friedrich Engels de 1845 y el de la socióloga Beatrice Potter Web de 1888.

Por último, como destacan las autoras de este libro, la obra máxima de Tristán es Unión obrera, un texto que logra publicar en el año 1843 luego de reunir, a través de una suscripción editorial, 1200 francos que le permiten lanzar una edición de 4000 ejemplares. Asume personalmente la edición frente a firmes resistencias para la publicación de un texto que se considera precursor de y atesorado por la teoría feminista. La idea eje que estructura Unión obrera es el llamamiento a la unión de trabajadoras y trabajadores, a la unidad internacional del proletariado. Aspecto que Marx y Engels, que conocen indirectamente sus ideas, mencionan brevemente en el capítulo IV de la Sagrada Familia (1845). Para Tristán la unión representa el paso a la acción para derribar la verdadera causa de los males que afligen a las y los trabajadores en el mundo: la miseria. Una acción que ella ubica en el marco de la ley. Unión es asociación y constitución de la clase obrera para demandar su derecho a la instrucción, al trabajo y a la representación. En ese contexto, además, las mujeres podrían dejar de ser las “proletarias de los proletarios” idea que sintetiza la condición histórica y persistente de la desigual distribución de las tareas del cuidado en el marco de la división sexual del trabajo. También en Unión obrera encontramos una propuesta concreta o una iniciativa de política social como la construcción de palacios obreros, edificios que, repartidos por toda Francia se constituirían como centros educativos para niñas y niños; como centros de acogimiento y vivienda para trabajadores enfermos y ancianos.

En 66 páginas Bolla y Debia presentan de modo sistemático aspectos fundamentales de la obra de Flora Tristán. El recorrido por los textos elegidos nos invita a incursionar tanto la trayectoria autobiográfica de esta pensadora como sus miradas de temas y problemas sociales que también la atraviesan, como mujer paria. Produce un conocimiento situado y con perspectiva de género. Cuando leemos Reivindicaciones de una paria nos encontramos con una mujer que, en las primeras décadas del siglo XIX, escribe, publica sus trabajos, es víctima de la violencia de género y de la justicia patriarcal; viaja, participa de actos políticos, recorre instituciones, fábricas, plantaciones, cabarets, conventos. Todas estas marcas podemos encontrarlas en el libro de Bolla y Debia quienes, además, logran convocar a sus lectores a leer de primera mano la obra de Tristán y a recorrer con ella la transformación de un “pensar sentir” que logra objetivar, situando su experiencia en los múltiples sistemas de opresiones que afectan, fundamentalmente, a las mujeres, y a las y los trabajadores.

Referencias bibliográficas

Arango L. (2005) “¿Tiene sexo la sociología? Consideraciones en torno a la categoría de género”, Sociedad y Economía N°8, pp. 159-186.

Arango L. (2011). “A la sombra de los padres fundadores de la sociología” En Arango, L. y Viveros Vigoya, M. (eds.) El género, una categoría útil para las ciencias sociales, Bogotá: Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia, pp. 17-46.

Maffía, D (2007). “Epistemología feminista: la subversión semiótica de las mujeres en la ciencia”, Revista Venezolana de Estudios de la Mujer. vol.12, n.28, PP. 63-98.

Toste Daflon V y Ribeiro Campos L (orgs.) (2022) Pioneras da Sociología. Mulheres intelectuais nos seculos XVIII e XIX, Editora da Universidade Federal Fluminense.


1 Universidad Nacional de General Sarmiento. Correo: mgarcia@campus.ungs.edu.ar

Luisina Bolla y Eliana Debia (2023). Flora Tristán. Reivindicaciones de una paria

Marina García