CÓMO CITAR ESTE ARTÍCULO: Maidana, D. (2024).

Presentación Nº 32: Otros territorios. Otra Economía, 17(32), 1-4.

Presentación N° 32

Otros territorios

Daniel Maidana

Editor

En este número 32 de la Revista Otra Economía presentamos 6 experiencias escritas desde 3 países (México, Brasil y Argentina), referidas a sitios tan diversos como el nordeste de Brasil, el sudeste de México y el Río de la Plata.

En la mayoría de los artículos identificamos un hilo conductor que confiere centralidad a las cuestiones relacionadas con la subjetividad individual y colectiva, no solamente como una dimensión más, sino como territorio y escenario de las luchas por otra economía y otra sociedad. En ellos se ratifica la necesidad de profundizar las contribuciones multidisciplinarias para indagar en la complejidad del campo de prácticas que identificamos como Economía Social y Solidaria, ponderando en toda su profundidad los impactos en los sentimientos, las identidades, las percepciones y los vínculos entre personas y grupos que están provocando las transformaciones en los modos de producción, los mecanismos de comunicación y el mundo del trabajo.

Precisamente, en el artículo que abre este Número “Mapeamento das subjetividades individuais e coletivas: Novos olhares para as estratégias de incubação na economia solidária”, Maristela Miranda Vieira de Oliveira y Maria Inês Corrêa Marques, hacen foco en la importancia del reconocimiento de las subjetividades individuales y colectivas para el fortalecimiento de las relaciones colaborativas en grupos de producción asociada. Utilizando el recurso de las redes semánticas a partir de narrativas de artesanos integrantes del Movimiento de Economía Solidaria, identifican aspectos de la subjetividad (símbolos, mitos, creencias, ritos, sueños, temores y valores), frente a los desafíos que presenta la gestión en estos grupos. Las autoras destacan la reciprocidad entre la subjetividad individual y la subjetividad social, ya que la primera provoca cambios en la segunda que, a su vez, al transformarse, también promueve cambios en el mismo individuo. También advierten que algunas experiencias de economía solidaria –ante la necesidad de conseguir financiamiento– tienden a operar bajo una racionalidad instrumental, descuidando la mirada hacia las personas, sus problemas, sus vínculos y sus particularidades.

A continuación, Rodrigo Fernández Miranda presenta “Relatos en red. Observaciones sobre la comunicación digital de las organizaciones de la Economía Social y Solidaria en Buenos Aires”, donde analiza “las temáticas centrales y la utilización de los elementos textuales y visuales presentes en las redes sociales de las organizaciones de comercialización y consumo de la Economía Social y Solidaria en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”. El artículo se propone aportar a la comprensión de subjetividades y saberes, la construcción social de la conducta individual o del grupo, identificar y comprender percepciones, acciones, motivaciones, creencias, opiniones y significados, a partir de un diálogo entre las perspectivas de distintos actores acerca de los usos, las potencialidades y las singularidades de la comunicación digital para las entidades solidarias. Con este objetivo indaga sobre las ideas fuerza, la lógica argumental, los silencios discursivos, las narrativas de estas organizaciones y sus diferencias y semejanzas con la publicidad comercial, así como los intereses, las motivaciones y las sensibilidades de los y las consumidoras actuales de la ESS, advirtiendo sobre los riesgos de una cierta “endogamia comunicacional característica de este tipo de entidades”.

Juan Carlos Rocha Pardo, Antonio Saldívar Moreno, Rebeca Roysen, Mateo Mier y Terán y Charles S Keck comparten su mirada acerca de “La transición a economía alternativas en proyectos neorrurales en el sureste y centro de México”, donde describen a estos “migrantes de la utopía”, que intentan construir escenarios de vida buscando desmarcarse de las lógicas del capital y establecer una economía alternativa, autosuficiente y basada en una ética ambiental. El texto reconoce que estos esfuerzos a veces funcionan más como escapes de la realidad que como nodos de transformaciones radicales, y que los mecanismos de creación de valor del capitalismo han invadido también la ruralidad, con sus lógicas de crecimiento y acumulación, dificultando modos de vida alternativos incluso en los márgenes de la sociedad capitalista. Esto se agrava cuando los acuerdos de convivencia y las distintas formas de organización, no alcanzan para evitar conflictos que afectan la intensidad de las relaciones comunitarias. No obstante, caracterizan estas recientes experiencias como “encuentro singular” entre neorrurales y comunidades indígenas y campesinas que han habitado el territorio durante generaciones, lo que habilita asumirlas como potenciales espacios de experimentación de “otros mundos posibles”.

Wesley Jordan Pereira da Silva, Manuella Castelo Branco Pessoa y Matheus Vasconcelos Castelliano, en el texto “Trabalho associado e Economia Solidária: o caso da juventude trabalhadora da Eco Várzea”, analizan las características del trabajo de jóvenes agricultores en una asociación de agricultura familiar, indagando en sus relaciones con la Economía Solidaria, a partir de la base teórico-metodológica de la Psicología Social del Trabajo. Constatan el desarrollo de una identidad positiva con lo que hacen y un sentido de pertenencia a la comunidad, con su potencial para generar nuevas formas de vivir, fomentando la construcción de vínculos solidarios, relaciones de confianza, responsabilidad hacia los demás y sentido de colectividad. Identifican diversas prácticas autogestionarias (aunque no son nombradas como tales por sus protagonistas): la participación en asambleas, el valor atribuido a la colectividad y la comprensión de que es la comunidad la que mantiene al asociado y a la feria en funcionamiento. Entre las conclusiones sugieren que la formación en este terreno debería realizarse no en el sentido estricto de “enseñar-les” algo, sino también reconociendo en sus prácticas todo aquello que forma parte de la Economía Solidaria.

María Celeste Barrionuevo, Juliana Kranewitter, Gustavo Troiano y Marcelo Tagliapietra realizan “Un análisis de la comercialización de Quinoa en el barrio metropolitano de Palermo (Buenos Aires)”, donde contrastan la naturaleza e intensidad de la intervención de los diversos actores de la economía pública, privada y popular en este proceso. Señalan las asimetrías identificadas en la cadena de valor de la quinoa, y las deficiencias en las políticas públicas, particularmente en lo que respecta a la movilización de recursos estatales orientados a las condiciones de producción y reproducción de los pequeños productores y a la cadena de distribución con criterios de promoción del bienestar colectivo y el bien común. A partir de los actores involucrados, realizan una ponderación de sus respectivos capitales financieros, sociales, jurídicos, comerciales, tecnológicos y simbólicos. Destacan el rol de las entidades de la Economía Popular basadas en la lógica de reproducción de la vida de sus integrantes mediante prácticas de asociatividad y solidaridad, que -a pesar de algunas sensibles desventajas- cuentan con fortalezas en el capital social, simbólico y cultural que están en condiciones de movilizar.

Jorgelina Flury, María Florencia Cascardo, Verónica Dziencielsky y María Eugenia Rogatti analizan “El cooperativismo de trabajo como estrategia de inclusión sociolaboral de personas que estuvieron privadas de la libertad en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA)”. Las autoras señalan la insuficiencia de las políticas públicas destinadas a estas personas frente a las múltiples dificultades que atraviesan en el medio libre, ya que prácticamente los únicos actores estatales que acompañan la etapa post penitenciaria son los Patronatos de Liberados -organismos públicos encargados de promover la revinculación a la trama comunitaria de las personas liberadas- que cuentan con escasos recursos y no tienen la estructura necesaria para brindar soluciones a mediano y largo plazo. En el artículo se destaca el aporte de las cooperativas junto a otros actores que despliegan diversos andamiajes vitales para la sostenibilidad integral de las actividades productivas y reproductivas: mediaciones, acciones tutoriales, prácticas de cuidado, contención, capacitación, incubación, apoyo productivo. Este escenario crea condiciones para transformaciones subjetivas y restauración de trayectorias de vida a partir de los vínculos que se establecen entre sus integrantes y el ambiente democrático y solidario, creando valores no mercantiles para el bien común o para otras organizaciones cercanas, y contribuyendo a evitar que las personas reproduzcan trayectorias delictivas.

Completamos este número con dos reseñas de libros.

Guillermo Muñoz nos introduce a la lectura del libro “Solidaridad económica, buenos vivires y descolonialidad del poder. Aproximaciones desde México”, de Dania López Córdoba y Boris Marañón Pimentel (comp.), donde se integran y entretejen experiencias de solidaridad económica y reflexiones teóricas y estratégicas enmarcadas en el giro epistémico que asume lo económico como parte de una configuración social compleja y reconoce su inscripción en la perspectiva de la Descolonialidad contra el eurocentrismo del sociólogo peruano Aníbal Quijano.

Por su parte, Malena Hopp comenta el libro de María Victoria Deux Marzi, Erika Beckmann, Carlos Vignolo, Diego Rach, Florencia Pisaroni, Alejandro Castagno, Sofía Vitali, Sol Fransoi y Maria Madoery: “La institucionalidad en disputa. Acerca de las condiciones para la sostenibilidad de experiencias de la economía popular, social y solidaria", donde se analizan los procesos de institucionalización de la economía popular, social y solidaria en Argentina en el periodo 2019-2023, entendidos como resultantes del diálogo y las tensiones entre los “proyectos estatales” y los “proyectos populares”.

En el contexto actual de América Latina y el Caribe, estas diversas miradas por un lado confirman la variedad de prácticas que se identifican con el horizonte de Otra Economía, pero también nos dejan por delante la tarea de intensificar los diálogos interdisciplinarios y la articulación multiactoral, respetando matices, búsquedas y senderos, y apreciando no sólo las cualidades de cada experiencia, sino también su inscripción en proyectos colectivos que den cuenta de las problemáticas globales que atraviesan a nuestras sociedades y se orienten a mejorar las condiciones de vida de nuestros pueblos.

Desde las reflexiones, sistematizaciones y conceptualización de las prácticas que compartimos en estas páginas, seguimos intentando contribuir a la elaboración de narrativas que asuman el alcance sistémico de las transformaciones necesarias, y que ayuden a “unir los fragmentos”, cartografiando los territorios de la subjetividad individual y colectiva y haciendo-nos protagonistas en la palabra y en la acción.